Cuando veía aquel anuncio que hablaba de "un pueblito bueno" mi mente se transportaba a Viveiro. Casi podía oler el mal y el césped siempre mojado de Torrillón, una pequeña aldea donde corría con aquel pastor alemán loco por las manzanas.
Galicia, un pueblito bueno bañado por un mar que perfuma y da vida, un mar que más de una vez se ha llevado nuestras lágrimas. Hoy son lágrimas de dolor por esas vidas perdidas en un tren camino a casa, cuyos vagones guardarán para siempre con celoso egoísmo reencuentros que ya no sucederán, ilusiones perdidas, miradas que sólo serán recuerdo.
Hoy, y siempre, mi corazón está con Galicia. Galicia, á terra máis bonita.
Galicia // Meryland 2010 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario