miércoles, 3 de julio de 2013

Vicios de la vida 2.0

"Este cab**n está en línea y no contesta", "¿última conexión a las 5 de la madrugada?", "un corazón en el estado, ¿ha pasado página?",  "¿Ciao? ¿ni un mísero icono? Algo pasa...". Estos son los comentarios diarios en mis grupos de amigas con (pseudo)relación amorosa, o del tipo que sea.

Aquello que "msn" ya anunciaba se ha hecho realidad multiplicado tantas veces como redes sociales hay. Con msn iniciamos un control virtual de la vida ajena, "estaba en "ocupado" y ahora en "conectado", ¿por qué no contesta?", "¿a qué viene ese estado?"; pasamos a tener Myspace y ahí comenzaron las publicaciones de casi cualquier momento de nuestra vida, por si era poco le dábamos caña al Fotolog, sobre todo en los días depresivos donde contábamos nuestras miserias adolescentes y poníamos verde a un "anónimo", y en los eufóricos, cuando hacíamos declaraciones de amor eterno a nuestras amigas. Entonces crean Tuenti, un mix de msn, Myspace y Fotolog, ecatombe, podíamos hacer un control completo.

Salimos de la adolescencia y parecía que venía el cambio, pero a peor, porque recibimos un saco de redes adaptadas para adultos, entonces empezamos la locura de preguntas del principio. Y es que la red social dispara la imaginación hasta a la menos celosa y enfurece a más parejas que las web porno, sólo la pregunta "¿quién te escribe?" pone nervioso a uno y a otro incluso cuando quien te escribe es tu madre. 

Un drama, para controlarnos hemos llegado al punto de nombrar a los bares la mayor red social del mundo en un vago intento de dejar a un lado la red, al punto de apilar los móviles en las reuniones de amigos para no caer en la tentación, al punto de eliminar la "última conexión" de whatsapp...

Al final la clave es la ignorancia, no digo que seamos ciegos sino que midamos nuestras ansias de control. Y es que el cotilleo es una espiral creciente: dudas, pides información, la recibes, dudas de ella, se va al baño y, ¡error!, coges su móvil, ese el el clímax (al que nunca se puede llegar), coger su móvil.  

Así que seamos razonables y, sobre todo, si bebes no whatsappees.




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