martes, 26 de noviembre de 2013

La maleducada sinceridad

Seamos sinceros, nadie quiere que le digan toda la verdad en sentido estricto. Cuando alguien te dice, "te voy a decir una cosa porque soy muy sincero" espera lo peor porque la siguiente frase será una bofetada.

Y es que parece que la bandera de la sinceridad da derecho a decir cualquier perla sin ningún tipo de filtro. Imaginad una horda de personas armadas con brutal sinceridad, oiríamos cosas como "estas gorda, eres feísimo, estoy con otra porque tú eres una siesa, siempre me gustó más tu hermano, te dejo por inútil, no vales para esto..."Creo que todos preferimos escuchar algo más edulcorado o, directamente, no escuchar nada, ya está, no lo digas, en serio.

Por eso nadie quiere oír "te voy a ser sincero" porque el 80% de las veces viene acompañado de palabras muy duras. En cambio, nadie dice "te voy a decir una cosa porque soy muy sincero, te quiero", simplemente se dice y ya está, no se introduce, se dice porque sale de dentro y no hay que justificar lo sincero que uno es porque cuando se dice de verdad se sabe.

La sinceridad total es maleducada, impertinente y grosera, así que dejemos esta historia y doremos la píldora. Al menos con quienes queremos o quisimos, lo políticos son otro cantar.



jueves, 7 de noviembre de 2013

Decoradores de vida

Todos tenemos un decorador. De hecho habremos tenido varios, por suerte y, a veces, por desgracia.

Uno trajo un sofá de escay que odias pero al que te quedaste pegada la primera vez que te sentaste; otro, unas sabanas suaves, de noches apasionadas y mañanas de vergüenza, desconocimiento y limpieza. Una tele de plasma más importante que tu programación cotidiana. Luego está ese otro metió una butaca en tu salón, en la que solo hay sitio para que asiente un ego. Hubo quien apuntaba maneras y te regaló vuestra primera planta, la regabais a diario hasta que las rutinas se volvieron manías y echaron raíces tan espesas que secaron los brotes. Y uno tan bueno en apariencia que trajo un paraguas roto que no frenó el jarro de agua fría de la realidad...

Pero uno puso un Van Gogh en tu pared, tan misterioso e interesante como atrayente. Un par de tazas para compartir un café temprano de caricias al despertar. Unos cojines siempre mullidos y una manta para arroparte y estar siempre cómodos. Unas llaves que abren la puerta a una vida juntos.

Decoradores hay de todo tipo, minimalistas que cuanto menos dan y más plano sea, más fácil; rococós que adornan hasta el hastío y bajo el pan de oro no hay más que tosquedad; vintage, carcas hasta en costumbres... Pueden hacer tu hogar irreconocible, inapreciable, impersonal... Hasta que llega quien pone las paredes en blanco, te da una brocha y una caja con algunas cosas para que la acabes de llenar. Y de pronto el piso se llena de luz y resulta ser el piso de tu vida, el más acogedor.


Un rincón / Meryland
Un rincón / Meryland

domingo, 3 de noviembre de 2013

Noviembre...

Noviembre sopla sereno y algo perezoso los retales de un otoño que en Madrid ya suena a invierno.

Hace nada parecía lejano, tardes al sol, cervezas tempranas y calurosas noches en vela que nos mantenían inmersos en un eterno sueño de verano.

Hoy el viento barre rayos de sol y arremolina hojas ocres en mi pelo. Los paraguas oscilan bajo el llanto de un cielo plomizo. La luz de las farolas se difumina con el frío manto perlado de hielo que trae la noche y que desaparece las aceras perezoso con las primeras luces del alba.Huele a castañas, a lana y a hogar donde el frío y el calor se tocan apenas separados por un cristal en el que me reflejo mirando mi Madrid vestido de elegante Noviembre.

Madrid se viste de Noviembre / Meryland
Madrid se viste de Noviembre / Meryland