martes, 26 de noviembre de 2013

La maleducada sinceridad

Seamos sinceros, nadie quiere que le digan toda la verdad en sentido estricto. Cuando alguien te dice, "te voy a decir una cosa porque soy muy sincero" espera lo peor porque la siguiente frase será una bofetada.

Y es que parece que la bandera de la sinceridad da derecho a decir cualquier perla sin ningún tipo de filtro. Imaginad una horda de personas armadas con brutal sinceridad, oiríamos cosas como "estas gorda, eres feísimo, estoy con otra porque tú eres una siesa, siempre me gustó más tu hermano, te dejo por inútil, no vales para esto..."Creo que todos preferimos escuchar algo más edulcorado o, directamente, no escuchar nada, ya está, no lo digas, en serio.

Por eso nadie quiere oír "te voy a ser sincero" porque el 80% de las veces viene acompañado de palabras muy duras. En cambio, nadie dice "te voy a decir una cosa porque soy muy sincero, te quiero", simplemente se dice y ya está, no se introduce, se dice porque sale de dentro y no hay que justificar lo sincero que uno es porque cuando se dice de verdad se sabe.

La sinceridad total es maleducada, impertinente y grosera, así que dejemos esta historia y doremos la píldora. Al menos con quienes queremos o quisimos, lo políticos son otro cantar.



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