viernes, 12 de julio de 2013

La siesta con la TDT

Recuerdo cuando anunciaron la TDT, qué bombazo, la frase de mi familia fue "¡qué pringaos los del Plus que ahora lo tenemos pero gratis!" (hay que ver lo que le gusta a un español lo gratuito).

Miles de canales, todos especializados, uno de cine, otro de series (prometían traernos las extranjeras "de pago"), música...programación 24 horas, para los más pequeños, para las mujeres, para los hombres... Para todos, como la Coca Cola.
El paraíso en 48 pulgadas.

El desencanto fue gradual, para empezar, ordenar por unanimidad mil canales en tres teles por cuatro personas en una tarde. Imposible. Continuamos con la especialización, el cine, 90% western; las series españolas, reponiendo una y otra vez "Los Serrano" (como si no hibiésemos tenido suficiente viendo una vez el final), y las extranjeras prometidas, reviven a Steve Urkel... El de mujeres, corazón, culebrones y cocina, pero muy pin-up, modernísimo; y el de hombes reponiendo "El Comisario", muy viril. 
Y la programación 24 horas, sólo en el canal de dibujos, porque los niños acostumbran a ver a Bob Esponja trasnochado y a tope a las 3 de la mañana.

Vamos, que la hora de la sobremesa ya no la pasamos con los míticos documentales de La2, nos ponemos a hacer zapping hasta caer dormidos en la segunda vuelta hacia el canal 87.
Pero oigan, no subestimemos el factor sorpresa, ¿y la ilusión cuando encuentran algo bueno que ver?


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