viernes, 9 de agosto de 2013

El perdón vacío

Es difícil caminar con heridas abiertas, por eso pedimos perdón y perdonamos, para cerrar las llagas del alma. 
Pero últimamente he visto más tiritas que cicatrices, personas con un arsenal de perdones que utilizan como parches que tapan pero no curan. Sirven para empezar de cero pero lo que no saben es que el peso de la culpa descoserá los remiendos de su conciencia.

Y eso me molesta profundamente, me molesta que se vacíen palabras cargadas de sentido, de sentimiento, que significan un nuevo comienzo, que suponen un esfuerzo por olvidar a pesar de todo y seguir amando, palabras que son el motor del mundo. 

Como dijo mi amiga Valeria, "El perdón parece que lo arregla todo, pasa a ser aire". Y así lo creo, hasta el más ferviente de los católicos cree en el fondo de su alma que haga lo que haga, confesándose cada domingo tiene el cielo ganado.
Jacinto Benavente dijo "perdonar supone siempre un poco de olvido, un poco de desprecio y mucho de comodidad", yo creo que perdonarse ha pasado a ser un todo de comodidad. Hemos deshumanizado el perdón que ha pasado a ser la herramienta de los necios que buscan la salida fácil despues de tropezar una y otra vez sin querer evitarlo y de los conformistas que prefieren pasar página.




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