martes, 1 de octubre de 2013

Hazte un regalo

De tanto teorizar sobre la felicidad a veces la perdemos de vista.

La teoría dice "persigue la felicidad, búscala, realízate y hazte a ti mismo, busca la virtud...". Parece sencillo pues los filósofos de la felicidad no dan claves de física cuántica, pero sus consejos parecen un manual de instrucciones del mueble Strövêrgron de Ikea: "el clavo de la base hünchen que una al listón trokkhen le proporcionará las bases para una vida feliz, pero sólo con tres tuercas lìhggůx sujetando los laterales trõbhæn tendrá la consistencia necesaria, utilice un destornillador liebvyeb..." Espera espera, empecemos de nuevo, ¿cuál es el clavo de la base hünchen? Esto suele pasar con algunos manuales de la felicidad, tenemos que volver al inicio porque algo que suena muy cuerdo de repente deja de serlo y acecha la pregunta clave, ¿y cómo lo aplico yo cuando me levanto perdida?

Hace tiempo me propuse ser feliz a diario buscando algo que me hiciera sonreír, esforzarme en ello incluso el día más gris.  Y este propósito lo reafirmó Aldoux Huxley  "los detalles conducen a la virtud y la felicidad".
Este es el mejor consejo, creo, que se puede dar, retoma esa ilusión por las pequeñas cosas, recuerda que la tuviste no hace mucho cuando te descubriste sonriendo al oír una carcajada de fondo, al ver a un niño cogiendo las primeras hojas del otoño, a alguien canturreando por la calle... Nunca dejes que confundan tus sueños con vivir una fantasía, ni que tiren por la borda la emoción que te provoca el más mínimo cambio sacando uno y mil "peros". Y jamás dejes que te digan que vives en una nube, que tienes la cabeza llena de pájaros, porque nunca hay demasiada ilusión. ¿Por qué ver la emoción de un niño en la mañana de Navidad nos hace sentir una alegría infinita y no que un adulto sienta que es el día de Reyes cuando pone toda su fe en un proyecto de vida? Crecer no significa ser menos feliz, significa esforzarse un poco más por serlo (pese a todo).
Regálate todos los días un momento así, date pequeños homenajes de risa o, al menos, de sonrisa.

Palacio Real // Meryland
Palacio Real // Meryland




A ti que te ilusionas cada día contagiando a los demás, dándome un empujoncito. No dejes de brillar.

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