Voces
de pueblos que gritan en silencio, voces adormecidas por años de censura, voces
pobres que no saben que tienen voz, voces que callan corrupciones, voces
protegidas bajo una corona, voces amparadas tras la cruz divina… Voces que en
estos tiempos tiemblan al ver despertar aquellas que han tomado la fuerza que
les ha dado los años de silencio.
La Primavera Árabe despertó hace años para quitarse del cuello esa mano gubernamental y divina que apretaba hasta ahogar. Aquellos países, metidos en el saco del islamismo radical y tachados por occidentales prejuiciosos, extendieron un aliento de valentía y esperanza al mundo, todos podemos y debemos cambiar el curso de la historia. Y en todos, se incluye España.
Hoy la
corona fabricada de mentira maciza y la mole de políticos corruptos pesan más
que nunca en las espaldas de los españoles. A la mochila del paro y el
desamparo sumamos el menhir del estamento corrupto, digo estamento porque
parece ser inamovible y digo corrupto, en general, porque los pocos cuerdos que
nos quedan adoptan la ley del silencio y “todos” a gusto.
Mientras
la cúpula abrillanta la plata, trabajadores que ven peligrar su puesto y
nuestros derechos fundamentales, parados que no pueden alimentar a sus
familias, viejos que ven volver a nosotros un pasado contra el que ellos
lucharon con uñas y dientes, jóvenes que
ven un futuro oscuro y niños ajenos a esos términos de Bolsa pero que ven en
pequeñas cosas el impacto de la crisis, se manifiestan, se atrincheran en casas
al borde del desahucio, en hospitales “externalizados”, en colegios a punto de
cerrar y en comedores sociales. Pues, vista esta condena al abandono, sólo nos
queda unirnos por una vida digna, que tampoco se pide tanto. Y lo hacemos
porque al fin somos conscientes de algo que creíamos superado con la caída de
los regímenes totalitarios y es que “el
pueblo no debería temer a sus gobernantes, los
gobernantes deberían temer al pueblo”, como anunciaba Alan Moore a través
de “V de Vendetta”. Pues esta es la venganza de los españoles, despertar sus
voces sin miedo.
Escena de la película "V de Vendetta", 2005 |
Pd.: agradeceré eternamente a quien me dio la oportunidad de publicar esto impreso, gracias por valorar a los nuevos.
Verdades como puños. Me ha gustado leerte! Sigue escribiendo María!! :-)))
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