"Es mi Ángel, y a
los ángeles no se les puede herir" Y con ese consuelo continuó meciéndole. Pero aquella
noche era diferente, era tarde, su Ángel dormía y el monstruo de sus pesadillas
apareció dando un portazo, avanzó por el pasillo y tomó la habitación. Su
aliento a alcohol inundó la habitación, el odio de su mirada apuñaló el corazón
de la que un día fue el amor de su vida y la fuerza de su ira levantó su puño
férreo. Descargó su frustración sobre su cara, sus costillas, su espalda, su
alma...
Pero cuando se acercó a la cuna, ella sacó
valentía de sus moratones, un grito de la opresión de su garganta y dignidad de
su intimidad forzada cada noche.
Cogió a su Ángel y salió de la pesadilla. "A
mi Ángel no, a los ángeles no se les puede herir"
A todas las mujeres maltratadas, porque todos los días son el Día Internacional contra la Violencia de Género. Todo mi amor para ellas y sus Ángeles.
María García Aguado.
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